¿Qué es un blanqueamiento dental?
El blanqueamiento dental es un procedimiento dental cosmético que se realiza para aclarar y blanquear los dientes, eliminando manchas y decoloraciones.
El blanqueamiento dental mejora significativamente la apariencia estética de los dientes dejándolos más brillantes y blancos, pero no es permanente.
Con el tiempo, los dientes vuelven a mancharse debido a factores como el consumo de alimentos y bebidas pigmentadas, el tabaquismo y el envejecimiento.
Mantener una buena higiene oral y evitar hábitos que manchen los dientes puede ayudar a prolongar los resultados del blanqueamiento dental.
Es importante consultar a un dentista antes de someterse a un blanqueamiento dental para evaluar la salud bucal y determinar si el procedimiento es adecuado para cada caso específico.
Tipos de blanqueamientos
El blanqueamiento dental puede realizarse de dos maneras principales:
Blanqueamiento dental en el consultorio: se realiza en la clínica dental por un dentista o profesional dental. Comienza con la protección de las encías y los tejidos blandos de la boca para evitar irritaciones .
Aplicando después un gel blanqueador concentrado que contiene peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida en los dientes. Se utiliza una luz especial o láser para activar el gel y acelerar el proceso de blanqueamiento.
El gel se deja actuar durante un tiempo determinado y luego se retira. El procedimiento requiere una o varias sesiones, dependiendo del grado de decoloración y los resultados deseados.
Blanqueamiento dental casero: Implica el uso de una férula dental personalizada proporcionada por el dentista y un gel blanqueador de menor concentración que contiene peróxido de carbamida.
El paciente llena la férula con el gel y la coloca en los dientes durante un período de tiempo especificado, generalmente unas horas al día o durante la noche.
El tratamiento se lleva a cabo en casa y puede durar varias semanas para obtener resultados óptimos. El dentista proporcionará instrucciones detalladas sobre el uso adecuado de la férula y el gel.
En ambos métodos, los agentes blanqueadores liberan oxígeno, que penetra en el esmalte dental y descompone las moléculas de pigmento, eliminando las manchas y decoloraciones. Como resultado, los dientes se vuelven más claros y brillantes.